Sin coro, sin reglas

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Sin coro, sin reglas

Cómo “SAOKO” de Rosalía reinventó la composición de canciones pop

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Nico Delray
Nico Delray
Nico Delray

Escrito por Nico Delray

Un Intro de Jazz Entra en un Club de Reggaetón...

Hay un libro de reglas que las estrellas del pop fingen ignorar pero que siguen en secreto: enganchar temprano, repetir a menudo, terminar en grande. ¿Rosalía? Ella lo mete en la licuadora, le agrega aceite de motor y enciende un fósforo. En SAOKO, la pista de apertura de su álbum que obliteró géneros MOTOMAMI, hace algo silenciosamente revolucionario: ella rechaza darte el maldito estribillo.

En su lugar, obtienes 90 segundos de disonancia de jazz, sabotaje de reggaetón, cambios de ritmo y fragmentación lírica que se siente más como un manifiesto que una melodía. Y de alguna manera, da fuerte. Muy fuerte.

¿Qué es un SAOKO?

Comencemos con la palabra. Saoko es una jerga puertorriqueña para estilo, sabor, gancho — una especie de flexión de identidad sónica. En 2004, Daddy Yankee y Wisin la usaron como título para un tema profundo de reggaetón que pulsaba con la bravura de principios de los 2000. Rosalía lo samplea — apenas — pero lo hace fantasmal, cortado, reverberando como un recuerdo del que no estás seguro si es tuyo.

Luego toma el título y lo convierte en un mantra:
“Saoko, papi, saoko.”
No es un estribillo. Eso es una amenaza.

El Cambio de Ritmo es Ahora el Estribillo

SAOKO no se construye — él gira bruscamente. Los primeros segundos de la canción son un grupo de notas de piano de jazz que suenan como si hubieran vagado de una sesión de Thelonious Monk. Son obliteradas por un ritmo de reggaetón distorsionado, solo para transformarse nuevamente a la mitad en un latido lento y mecánico que es más Yeezus que Yankee.

No hay un regreso a la forma. No hay estribillo melódico. Solo movimiento. Adelante. De lado. Por una trampilla hacia un lodo industrial. Cada cambio es una descarga de dopamina — no porque satisfaga la expectativa, sino porque la desafía. Rosalía no está interesada en la resolución. Ella está dirigiendo el caos.

La Estructura es la Declaración

Esto no es experimentación por el mero hecho de hacerlo, es profundamente intencional. MOTOMAMI fue construido como un collage de dualidades: suave/duro, tradicional/futurista, local/global. SAOKO encarna esta dualidad estructuralmente. Es corto, fuerte, no lineal. Una tesis gritada a través de subwoofers.

Al negarse a darte un estribillo tradicional, Rosalía destaca su control. Te desafía a seguirle el ritmo. El gancho no es un gusano de oído melódico — es la audacia. El control que ejerce sobre un género a menudo diseñado por hombres. El hecho de que la pista se sienta terminada demasiado pronto, pero de alguna manera completa, es todo el punto. Ella está interrumpiendo la forma como acto feminista.

Pop Post-Estribillo y el Estribillo Desapareciente

Rosalía no está sola aquí. Estamos viendo la lenta muerte del estribillo tradicional en el panorama pop. Billie Eilish susurra su camino a través de anti-estribillos. Frank Ocean suelta versos como piezas de rompecabezas. Incluso los mayores éxitos de Olivia Rodrigo dependen más de la acumulación que de la repetición.

En la era del streaming, donde la atención muere en 15 segundos, el cambiazo es el nuevo canta-junto. El pop está evolucionando más allá del estribillo porque el estribillo, irónicamente, se ha vuelto predecible.

SAOKO no solo lo abandona — lo demuele y baila en los escombros.

Sin Gancho, Sin Problema

Lo más fascinante de SAOKO es que no debería funcionar — y sin embargo se siente como un éxito. No porque se conforme, sino porque detona expectativas. Es prueba de que el pop no tiene que ser formuláico para ser contagioso. Que la energía puede ser el gancho. Que el estilo — real, áspero, irreverente — es tan memorable como la melodía.

Es Rosalía declarando:
No necesito tu estructura.
Yo soy la estructura.

Nico Delray
Nico Delray
Nico Delray

Escrito por Nico Delray

Nico Delray es un guitarrista de gira convertido en editor de equipo, con una pasión por los pedales extravagantes y construcciones boutique. Se hizo un nombre en clubes DIY por todo el Medio Oeste y ahora escribe desde un apartamento en Brooklyn lleno de sintetizadores, cuerdas y pedales de efectos. En Audio Chronicle, aporta un oído experimentado a cada reseña—sin exageraciones, solo un tono honesto.

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Nico Delray

Escrito por Nico Delray

Nico Delray es un guitarrista de gira convertido en editor de equipo, con una pasión por los pedales extravagantes y construcciones boutique. Se hizo un nombre en clubes DIY por todo el Medio Oeste y ahora escribe desde un apartamento en Brooklyn lleno de sintetizadores, cuerdas y pedales de efectos. En Audio Chronicle, aporta un oído experimentado a cada reseña—sin exageraciones, solo un tono honesto.